En propiedad horizontal, los conflictos de convivencia pueden surgir fácilmente, debido a diferencias en la interpretación o aplicación de la ley y los reglamentos internos. Para atender estas situaciones, la Ley 675 de 2001 establece que estos desacuerdos pueden ser tratados inicialmente, por el Comité de Convivencia de la copropiedad.
Este organismo tiene como función principal promover el diálogo entre las partes, actuando como mediador en los conflictos que surgen entre propietarios, arrendatarios, administradores y otros órganos de dirección de la copropiedad. El Comité de Convivencia representa una vía pacífica y preventiva, que busca evitar la judicialización o el escalamiento de los conflictos, privilegiando el acuerdo y la comunicación.
Cuando este comité no logra resolver el conflicto y los reglamentos internos resultan insuficientes, se puede acudir a la autoridad de policía bajo lo establecido en el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana -Ley 1801 de 2016-. Este Código tiene un enfoque preventivo, permitiendo la intervención en espacios comunes cuando la convivencia se ve alterada. Regula comportamientos que afectan la armonía comunitaria, como riñas, ruidos excesivos, mal manejo de mascotas y deterioro de bienes inmuebles. No obstante, el uso de esta vía debe ser el último recurso, una vez agotadas las instancias internas de conciliación.
La clave para una convivencia armónica radica en el fortalecimiento de los mecanismos de diálogo, como las Asambleas de Copropietarios y los comités internos. Es fundamental que los reglamentos de convivencia se actualicen periódicamente, considerando la Constitución, la Ley de Propiedad Horizontal, el Código de Convivencia y la realidad social de los copropietarios. Fomentar el diálogo como primera herramienta para la solución de conflictos, no solo reduce tensiones, sino que fortalece los lazos comunitarios y promueve una cultura de respeto y corresponsabilidad. Por ello, antes de escalar un problema, es esencial recurrir a la conversación, la empatía y los canales institucionales disponibles para encontrar soluciones pacíficas y duraderas.