La implementación de herramientas digitales –grupos de WhatsApp, portales de residentes, emails masivos– en la propiedad horizontal, prometía optimizar la comunicación y fortalecer el sentido de comunidad. Sin embargo, la evidencia anecdótica y los principios de la psicología social apuntan hacia una paradoja: esta hiper-conexión digital puede estar fomentando una disociación socio-digital, un fenómeno caracterizado por la interacción constante, mediada por pantallas y un simultáneo deterioro de los vínculos humanos empáticos, lo que genera un caldo de cultivo para la reactividad, la intolerancia y nuevas formas de conflicto vecinal.

¿En qué consiste este fenómeno?

 Imagínese este escenario: en el grupo de WhatsApp de la copropiedad, “JuanPiso4” se queja airadamente de un paquete dejado en el ascensor. “Vecina De Arriba” exige silencio a las 10:01 p.m. con un mensaje en mayúsculas. La junta virtual se llena de comentarios sarcásticos sobre la mascota de alguien. Pero en el ascensor, estos mismos personajes son fantasmas: miradas al piso, silencios incómodos, cero interacción real o reconocimiento de algún tipo. Este fenómeno se manifiesta a través de patrones conductuales y comunicacionales específicos:

• Comunicación Puramente Reactiva: Solo se interactúa para quejarse, reclamar o imponer una norma. No existe la comunicación positiva o espontánea, esencial para construir capital social.
• Deshumanización del Otro: El vecino deja de ser “María, la profesora que tiene un hijo pequeño” para convertirse en “el de arriba que hace ruido”. Se pierde la empatía al eliminar la dimensión humana y contextual, los vecinos dejan de ser individuos con particularidades y se convierten en arquetipos anónimos.
• Valentía Digital: La pantalla actúa como un escudo, permitiendo un tono y unas exigencias que serían impensables en una conversación cara a cara. Esto alimenta la reactividad inmediata y visceral.
• Fragmentación de la Percepción de Comunidad: La falta de interacción positiva presencial impide la formación de una identidad compartida. El espacio residencial deja de percibirse como una comunidad y se convierte en un mero agregado de unidades habitacionales independientes, facilitando la aparición de actitudes individualistas e intolerantes.

El Análisis Psicológico: ¿Por qué sucede esto?

Varias teorías psicológicas explican por qué este entorno es tan propenso al conflicto:

• Sesgo de Negatividad: Nuestro cerebro tiene una mayor facilidad para registrar, recordar y responder a estímulos negativos. En un grupo digital, un mensaje de queja tiene un impacto cognitivo y emocional desproporcionado, creando una falsa percepción de un entorno predominantemente hostil.
• Teoría de la Atribución: En un conflicto, tendemos a atribuir la conducta negativa del otro a su carácter –”es una persona irrespetuosa”– mientras que justificamos la nuestra por factores situacionales –”yo grité en el chat porque estaba estresado”–. Este error fundamental de atribución se amplifica en la comunicación digital, donde no tenemos acceso al contexto del otro.
• Pérdida de Reguladores Sociales: En una conversación presencial, el lenguaje corporal, el tono de voz y la mirada, actúan como reguladores naturales de la interacción, suavizando los desacuerdos. Su ausencia en el texto plano hace que cualquier mensaje sea susceptible de ser interpretado de la peor manera posible.

Hacia una Convivencia Re-Conectada

Revertir este fenómeno requiere un esfuerzo consciente por Re humanizar la convivencia:

• Fomentar la Comunicación Cara a Cara: Promover encuentros breves pero significativos. Un “buenos días” en el ascensor o una pequeña charla en la portería reconstruyen la humanidad del otro.
• Humanizar el Espacio Digital: Establecer normas de etiqueta en los grupos. Promover el uso de nombres reales y fotos. Y lo más importante, llevar los conflictos fuera del chat. Un mensaje privado o una conversación personal es siempre más efectiva.
• Promover Eventos de Conexión Positiva: Una pequeña reunión para tomar un café, un trueque de libros en el vestíbulo o una celebración sencilla. Estos espacios crean recuerdos positivos que contrarrestan la narrativa del conflicto.
• Liderazgo Proactivo en el Consejo: La administración y el comité de convivencia deben modelar una comunicación respetuosa. Si desean iniciar un proceso de psicoterapia, siéntanse libres de escribirme a psiconvers25@ gmail.com.